Opinión-. Esta semana quiero dar mi opinión sobre el tema de la famosa
gorra de Henrique Capriles Radonski, además de ser una cortina de humo del
oficialismo para intentar ocultar el creciente aumento de la opción demócrata y
la indetenible caída del candidato-presidente, también encarna una nueva
demostración de la actitud genuflexa de un Consejo Nacional Electoral que luce,
como diría Diego Arria, igual a un "ministerio electoral del
Gobierno".
La gorra tricolor es el símbolo de un movimiento ciudadano, es el
emblema de la gran mayoría del país que desea un futuro de progreso, y es esto
justamente lo que atemoriza al Gobierno que se siente derrotado y por eso lanza
patadas de ahogado.
Entre las preguntas que necesariamente tenemos que formularnos resaltan:
¿por qué el CNE no hace nada ante las cadenas gubernamentales?, ¿por qué el
organismo comicial no levanta la voz para condenar los abusos del
candidato-presidente al utilizar la red de medios públicos como plataformas
permanentes de ideologización y proselitismo?, ¿por qué el poder electoral no
se manifiesta ante el ventajismo del oficialismo al usar bienes públicos para
proyectar la imagen del presidente saliente?.
Las respuestas de estas interrogantes se quedarán en la mente de cada
uno de ustedes apreciados lectores, pero la verdad está clarita, el Gobierno
asustado por la realidad de la calle se defiende a duras penas con estrategias
de intimidación, pero el pueblo y el candidato del progreso gallardamente
respondieron: ¡Nadie nos quita nuestra gorra!.
Mientras el presidente-saliente sigue utilizando aquella raída boina
roja testigo de primer orden de aquellas prometedoras propuestas de 1998 que se
diluyeron con el tiempo o se desvanecieron en el ejercicio del poder, mientras
él y sus ineficientes ministros se coronan con gorras de colorada policromías,
nosotros quienes defendemos la libertad, la inclusión y el progreso seguimos
con nuestra cachucha tricolor, seguimos con nuestra gorra de Venezuela, porque
nadie nos quitará el sentimiento venezolanista que corre por nuestras venas y
palpita en el pecho de millones de personas que esperan un futuro mejor este
siete de octubre.
La diferencia entre el Gobierno y nosotros es que ellos sólo piensan en
un color, son sectarios, egoístas y cerrados, mientras que Henrique Capriles
Radonski, y todos los seguidores de la unidad, pensamos en tricolor, somos tan
amplios como la bandera, somos tan demócratas que aceptamos la disidencia y
aplaudimos la divergencia como una de las bendiciones de la libertad.
Ellos saldrán del gobierno porque tuvieron su oportunidad y no la
aprovecharon, y será este siete de octubre la fecha precisa para emprender el
camino de la esperanza para todos los venezolanos por igual. Hay un camino y es
la victoria tricolor en las urnas electorales, con gorra o sin gorra Capriles
ganará las elecciones eso lo pueden anotar desde ya.