Opinión-. Hugo Chávez entró en una trampa que él mismo diseñó, éste creyendo
que las fuerzas de la alternativa democrática eran las mismas que al inicio de
su mandato cometieron una infinidad de errores pensando que este régimen tenía
características democráticas, se confío demasiado y por esta razón el
oficialismo se encuentra entre la espada y la pared.
El presidente-candidato alejado del pueblo por muchos años reaparece con
su cara muy lavada a decir que "lo nuevo somos nosotros", pensando
que el pueblo se comería semejante patraña; Hugo Chávez en su afán de pregonar
una enfermedad que para algunos causaba suspicacia perdió la calle, esa que en
este momento es de Henrique Capriles Radonski.
Mientras el Jefe del Estado se "recuperaba" el líder de la
unidad democrática llevaba por todo el país su mensaje de progreso,
reconciliación y desarrollo para todos por igual. Aquí está la trampa, el
oficialismo pensó que enjaularía a la alternativa democrática con el cuento de
las dolencias presidenciales, pero lo cierto es que es el régimen quien entró
en la ratonera al no poder explicar la sanación milagroso del, por ahora,
Presidente de la República.
Hugo Chávez a raíz de esta situación perdió la calle y la agenda política,
desde hace mucho él ya no dicta el quehacer público nacional y es el cabeza de
la oposición y conductor del autobús del progreso quien está llevando la escena
nacional hacia el terreno más favorable para los demócratas.
Las manifestaciones populares que ha hecho el Comando Venezuela por toda
la nación es una evidencia que la calle es un territorio de quienes defendemos
la libertad, el régimen sólo responde a través de su dilatada red de
comunicación y con concentraciones donde los protagonistas son los empleados
públicos y los colectivos que gritan por sus ventajas, a punta de grafitis, sus
orígenes nacionales.
En Venezuela hay un camino que cada día se abre frente a nosotros, cada
vez que estamos más cerca del siete de octubre se evidencia el crecimiento de
la candidatura de la democracia y del progreso, aquí en Anaco, municipio del
Edo. Anzoátegui, parece inevitable que Henrique Capriles Radonski resultará
ganador y con una ventaja cada vez más amplia, debido a que en las barriadas,
urbanizaciones y parroquias el espíritu común es el del cambio.
Vamos por un buen camino, estamos trabajando para que nuestros hijos
tengan un mañana de oportunidades y de progreso, nos jugamos Rosalinda este
siete de octubre y tenemos que demostrarle al mundo que el pueblo de este solio
es imparable cuando se decide a ser libres, así como lo dejaron asentado
nuestros padres libertadores.
P.S: tenemos que salir a votar masivamente que nadie se queda en su
casa, luego del clavo pasado no vale Santa Lucía, no habrá tiempo para
lamentaciones la oportunidad es ahora debemos aprovecharla, como diría el
Libertador “vacilar es perdernos”.